Es normal que surjan dudas a la hora de diferenciar la técnica de tampografía frente a la de serigrafía. Son técnicas muy similares que tienen un resultado bastante parecido. Aun así, encontramos ciertos aspectos diferentes.
Por parte de las similitudes, encontramos que son técnicas económicas que se basan en emplear tinta para personalizar. Ambas tienen un número de colores limitados con los que personalizar, que normalmente va de 1 a 4 tintas.
Por parte de las diferencias, la tampografía es mucho más versátil porque se adapta a la forma de cualquier objeto con su tampón, mientras que con la serigrafía, aunque exista una tipología circular, no es tan práctica.
También encontramos que la tampografía tiene una área de marcaje más pequeña en comparación con la serigrafía, pues con el tampón no es posible hacer tamaños muy grandes. Además, durante su ejecución, la tampografía permite aplicar diferentes tintas sucesivamente, mientras que en la serigrafía se debe esperar a que se seque la tinta antes de continuar con las siguientes pasadas.
En conclusión, no son técnicas que se excluyan entre sí ni existe una que se imponga sobre la otra. Tanto la tampografía como la serigrafía tienen sus propias peculiaridades y se utilizan para diferentes objetos, con el objetivo de lograr el mejor resultado posible.
